El pasado domingo Turquía sufrió en la región de Van un terremoto de 7,2 en la escala de Ritchter que ha dejado 450 muertos y 1300 heridos. Hoy, tres días después el gobierno turco ha aceptado la ayuda internacional. Mucha de la población afectada se encuentra desalojada, durmiendo en la calle y con escasos recursos económicos después de las perdidas.