La educación como herramienta de desarrollo

“Donde hay educación no hay distinción de clases”. La frase del filosofo chino Confucio sigue teniendo valía en nuestros tiempos. La realidad de Ecuador muestra que las tasas de analfabetismo disminuyen año tras años. A pesar de que los datos reflejan una realidad optimista, los niños mayores de 12 años que dejan de asistir a la escuela presentan un importante riesgo de exclusión.

La falta de motivación, las bajas calificaciones, la repetición reiterada de un curso o el apoyo a la economía familiar son algunos de los motivos por el que los niños y niñas de esta franja de edad pueden abandonar sus estudios. Realizando un análisis comparativo denotamos que el número de años promedio de estudio de Ecuador era de 7,85 (datos de 2010). Mientras, en  España esa cifra asciende, en el mismo periodo anual, hasta 17,2.

Después de seis meses desde su inicio finaliza el proyecto “Implementación de un Centro de Refuerzo Escolar (CRE) para las hijas e hijos de los vendedores de la Asociación de Comerciantes Titira” gestionado por ADRA España y ADRA Ecuador. Este proyecto desarrollado en la ciudad de Santo Domingo de los Colorados, ha sido posible gracias a la cofinanciación del Ayuntamiento de Lleida que ha apostado por mejorar la educación informal de este colectivo de menores ecuatorianos.

La iniciativa ha surgido como respuesta a las necesidades de los niños. El desempeño laboral de los padres, como vendedores en el mercado de Titira, está ligada a largas jornadas de trabajo que no les permite dedicar el tiempo correspondiente al refuerzo educativo de sus hijos. Con el fin de paliar esta situación y ofrecer a los niños un lugar tranquilo donde desarrollar sus tareas y responsabilidades escolares, ADRA ha implantado un Centro de Refuerzo Escolar (CRE) cerca de dicho mercado, priorizando la proximidad familiar y confeccionando un entorno propicio para el estudio.

Para la implementación de CRE se realizaron trabajos de limpieza y adecuación en la primera fase del mismo. La adquisición de pizarras, mesas, sillas y material didáctico para los profesionales que realizan el apoyo escolar, ha dotado al proyecto de los elementos necesarios para seguir, como decía la pedagoga italiana María Montessori, agitando la vida y dejándola libre para que se desarrolle.

A través de un coordinador general, el equipo de voluntarios gestiona las necesidades de los menores ofreciéndoles la ayuda correspondiente e introduciendo juegos y actividades lúdicas propias de la educación no formal. Estableciendo dos turnos de 3,5 horas cada uno, el Centro pretende abarcar una cantidad amplia del tiempo libre de los menores, que fueron organizados ateniendo a criterios de edad.

La cita de Confucio refleja uno de los factores principales de la pobreza actual.  A través de este proyecto ADRA pretende fortalecer la equidad social,  fortaleciendo la inserción socio educativa de los cincuenta beneficiarios de derecho, y alejándolos de los riesgos de bajo rendimiento escolar y de exclusiónsocial.

Diego Maldonado

Técnico de Educación para el Desarrollo

Fundación ADRA