En diciembre de 2010, a raíz de la propuesta presentada por Tayikistán y presentada por un grupo de países, la Asamblea General declaró 2013 como el Año de las Naciones Unidas para la Cooperación de Agua (Resolución A/RES/65/154).
De las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) fue designado por la ONU-Agua para dirigir los preparativos tanto para el Año 2013 de la Cooperación Internacional del Agua y el Día Mundial del Agua, en colaboración con la Comisión Económica para Europa (CEPE) y con el apoyo de la Secretaría de las Naciones Unidas de Asuntos Económicos y Sociales (DAES), el Programa Década de ONU-Agua para el Desarrollo de Capacidades (UNW-DPC) y el Programa Década de ONU-Agua para la Promoción y la Comunicación (UNW-DPAC).
ONU-Agua ha hecho un llamamiento a la UNESCO para liderar el Año 2013 Internacional de Cooperación para Agua en vista de multi-dimensional mandato de la organización en el ámbito de las ciencias naturales y sociales, la cultura, la educación y la comunicación, y su contribución significativa y duradera a la gestión de los recursos de agua dulce del mundo.
La satisfacción de las necesidades humanas, el medio ambiente, el desarrollo socioeconómico y la reducción de la pobreza son fuertemente dependientes del agua.
Una buena gestión del agua es especialmente difícil debido a algunas de sus características únicas: se distribuyen de forma desigual en el tiempo y en el espacio, el ciclo hidrológico es muy complejo y perturbaciones tienen efectos múltiples. La urbanización acelerada contaminación y el cambio climático amenazan el recurso, mientras que la demanda de agua está aumentando con el fin de satisfacer las necesidades de una población mundial en crecimiento, actualmente en más de siete millones de personas, para la producción de alimentos, la energía, la industria y el uso doméstico. El agua es un bien común y su gestión debe tener en cuenta una amplia variedad de intereses en conflicto. Esto proporciona oportunidades para la cooperación entre los usuarios.
En la designación de 2013 como Año Internacional de Cooperación para el Agua, la Asamblea General reconoce que la cooperación es esencial para lograr un equilibrio entre las necesidades y prioridades diferentes y compartir este valioso recurso de manera equitativa, utilizando el agua como un instrumento de paz. Promover la cooperación del agua implica un enfoque interdisciplinario trayendo los factores culturales, educativos y científicos, así como las dimensiones religiosas, legales, institucionales y económicos éticos, sociales, políticos,.
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